Cuando hablamos de lenguaje nos referimos a la capacidad del ser humano para expresar su pensamiento y comunicarse. La comunicación se da en muchas especies animales, a través de distintas formas o sistemas. Pero son sistemas muy limitados que les permiten comunicarse de una forma muy básica. En el hombre, sin embargo, encontramos la capacidad de poder comunicarse a través de distintos sistemas (gestual, escrito,…) y, especialmente, a través de signos vocales (lenguaje oral), un sistema que le permite comunicarse de una forma más libre. Es, sin duda, el sistema más complejo.
La comunicación existe desde que nacemos, aunque no seamos conscientes de ello. Los bebés producen desde el nacimiento sonidos, de forma activa. Su único propósito es conseguir la atención de los cuidadores o personas de su entorno habitual. Se comunican a partir de llantos, sonrisas, gorgojeos, balbuceos, gestos, etc.
Así Piaget (1965) considera que el lenguaje constituye una de las manifestaciones de una función más general, de la función simbólica, definida como la capacidad para representar la realidad a través de sus significantes, como la capacidad para representar las cosas y los sucesos en ausencia de los mismos. Es una capacidad que el niño manifiesta casi de forma simultánea en sus primeros gestos y dibujos, en sus imágenes mentales y en el juego simbólico.
Estrategias para estimular y favorecer el desarrollo lingüístico de los más pequeños
Trackbacks / Pings