El desarrollo de la motricidad gruesa en la infancia es fundamental para el crecimiento saludable y equilibrado de los niños. Las habilidades motrices gruesas incluyen movimientos grandes y amplios que involucran grupos musculares mayores, tales como correr, saltar y trepar. Durante el verano, las actividades relacionadas con el agua y al aire libre presentan una oportunidad excepcional para promover estas habilidades en un entorno divertido y estimulante.

El desarrollo de habilidades motoras gruesas no solo tiene beneficios físicos, sino que también contribuye al desarrollo cognitivo y emocional. Participar en actividades físicas ayuda a mejorar la concentración, la memoria y la capacidad de resolución de problemas. Además, estas actividades promueven la confianza en sí mismos y la autoestima al permitir que los niños logren metas y superen desafíos.

Además, las actividades motrices suelen realizarse en grupo, lo que fomenta la interacción social y la colaboración. Los niños aprenden a compartir, a trabajar en equipo y a respetar turnos, habilidades que son fundamentales para su integración social y desarrollo interpersonal.