El Día Internacional de las Mujeres es una fecha fundamental para reflexionar y analizar los avances que hemos conseguido y seguir revindicando derechos. Su celebración en los centros educativos nos ayudará a tomar conciencia de las dificultades que, aún hoy, atraviesan las mujeres.
Aunque debemos tener en cuenta que todos los días son buenos para trabajar y apostar por la igualdad y, en ese sentido, todos los días son 8 de marzo, proponemos que este día sirva de excusa para estudiar esta temática a lo largo de todo el mes de marzo, de manera que no quede como una actividad puntual dentro del calendario escolar.
El consenso social que está surgiendo en la actualidad en torno al feminismo y la necesidad de dar un nuevo empuje más claro, contundente y preciso a los derechos de las mujeres, luchar contra las violencias y asumir los nuevos retos sociales, ya tiene dimensiones mundiales. Aún queda mucho por hacer. Los cambios son lentos y en muchas ocasiones insuficientes.
Las mujeres y las niñas siguen estando es desventaja: son infravaloradas, trabajan más y ganan menos, son el centro de las violencias en diversas expresiones y tienen, por tanto, menos oportunidades para desarrollarse autónomamente. En el ámbito educativo es muy importante abordar la igualdad de mujeres y hombres con contenidos concretos que permitan al alumnado tomar mayor conciencia de las desigualdades y profundizar en una concepción de la realidad que integre otra manera de relacionarse, en la que prime la capacidad crítica, la erradicación de los roles sexistas y la búsqueda de nuevas formas de situarse en el mundo.
En este sentido, esta guía es solo un ejemplo de algunas actividades y recursos para la celebración del Día Internacional de las Mujeres como vehículo para conseguir el desarrollo integral del alumnado. Con el objetivo de lograr una escuela coeducativa, animamos a todos los centros escolares a establecer un plan de medidas concretas para la igualdad y el desarrollo integral de la personalidad del alumnado, enfocado a erradicar el sexismo y la invisibilización de las mujeres y reafirmar el hecho de ser personas con plena capacidad sobre nuestro bienestar, deseos, derechos y, en definitiva, sobre nuestras necesidades sin el yugo opresor de un sistema que nos clasifica, jerarquiza y atribuye roles cerrados que solo merman nuestra libertad.
El feminismo está siendo un medio de transmisión de todos estos valores para impulsar las relaciones, la vivencia de la persona consigo misma y el medio, así como el desarrollo individual y colectivo desde la libertad.
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