Decimos que dos o más números, con el mismo número de dígitos, son miembros de la misma familia, cuando dos de dichos números tienen al menos un dígito común.
Por ejemplo, los números 72, 32, 25 y 22 pertenecen a la misma familia ya que el todos tienen el dígito 2, mientras que los números 123, 245 y 568 no pertenecen a la misma familia, ya que no hay un dígito que aparezca en los tres números.