La metacognición tiene como objetivo el conocimiento profundo de qué sabemos y cómo lo hemos aprendido, para mantener las estrategias que nos funcionan y detectar cuáles deberíamos modificar. Es la capacidad de autorregularnos en la competencia de aprender a aprender, para conseguir una mayor autonomía en el proceso de aprendizaje.
Está comprobado que la práctica sistemática de la metacognición es esencial en el proceso de aprendizaje por los siguientes motivos:
Nos ayuda a aprender de la experiencia y a no hacer las cosas de forma superficial ni irreflexiva, sino con el objetivo de mejorar nuestro aprendizaje y conocimiento progresivamente y sin retrocesos. Así, consolidamos los modos de actuar exitosos y descartamos aquellos que no funcionan.
Podemos corroborar qué sabemos y cómo lo hemos aprendido. El hecho de ser conscientes de nuestros conocimientos y procedimientos determina la profundidad del aprendizaje y facilita la capacidad de usarlos en situaciones nuevas y, probablemente, más complejas.
Nos ayuda a transferir a la vida cotidiana los conocimientos que adquirimos, porque la metacognición nos permite distanciarnos del contenido concreto y pensar en las estrategias de pensamiento y en su valor y aplicación en nuestra vida. El uso de ejemplos y situaciones reales durante el proceso de aprendizaje facilita que este sea significativo y profundo.
Es importante disponer de unos minutos para pensar sobre el proceso de aprendizaje, ya sea al final de una actividad, una sesión, una unidad, cada día o cada semana, según el criterio del profesor. Cuanto mayor tiempo se dedique a practicar la metacognición, más sabio será el alumno, más capaz de seguir aprendiendo, y más eficaz y eficiente al hacerlo.
FUENTE: DESCONOCIDA
OTRO EJEMPLO
escalera infantil y primaria metacognición dacil gonzalez
escalera infantil y primaria metacognición MONTSE POYATOS
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