Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia, al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos” (libro blanco de atención temprana, Madrid 2000).
Desde el punto de vista educativo, este periodo se ordena en dos ciclos educativos. El primero comprende hasta los tres años, y el segundo, desde los tres a los seis años de edad.
Las características intrínsecas de la Educación Infantil favorecen y potencian el aprendizaje y son claramente aprovechables para muchos de los objetivos que se plantean en atención temprana. La Escuela Infantil posee un carácter educativo que genera posibilidades para potenciar en el niño y la niña habilidades como la comunicación, la relación social, en definitiva, su inclusión en un entorno natural.
La Escuela Infantil permite la utilización de propuestas más activas y participativas que las que se pueden utilizar en el tratamiento ambulatorio habitual. Constituye un contexto más natural para el niño y la niña, en el que además tiene un peso importante el aprendizaje por imitación. Todo ello hace que, en la actualidad, exista una preocupación por aprovechar esos recursos y que ello constituya un elemento de calidad más en las propuestas de intervención en atención temprana.
Conseguir el objetivo de que el niño y la niña con necesidades específicas aproveche la riqueza del entorno que oferta la Educación Infantil pasa por favorecer la inclusión del niño y la niña en la Escuela Infantil y generar competencia entre los y las profesionales de ese entorno natural para atender sus necesidades educativas.
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SIGNOS DE ALARMA EN EL DESARROLLO EVOLUTIVO
fuente: http://creena.educacion.navarra.es/
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